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vielen dank merkel – (es)
Cualquier negociación tiene un límite. De lo contrario, se denomina rendición. Y lo que nunca se debe hacer es creer que la parte contraria te necesita más que tú a ella —exiges más de lo que la otra parte estaría dispuesta a ceder, pensando que no le queda otra, y recibes a cambio un “увидимся позже аллигатор” (“hasta luego cocodrilo”, en cristiano).
El canciller ruso Lavrov mencionó este “cocodrilo” a presidenta de la Comisión Europea, la semana pasada:
“Aquellas personas en Occidente que son responsables de la política exterior y no comprenden la necesidad de una conversación mutuamente respetable, bueno, simplemente debemos detener por el momento la comunicación con ellas. Sobre todo, porque Ursula von der Leyen afirma que la asociación geopolítica con el liderazgo actual de Rusia es imposible. Si así lo quieren, que así sea”.
Esto —junto con un fallido Brexit, también con “cocodrilo”, esta vez del Boris—, no es peccata minuta para los europeos. Si Merkel y la UE buscan la solidificación de una Europa “en pie de guerra” contra Rusia y China (con Alemania, nuevamente, después de dos guerras perdidas, aspirando a su anterior prominencia en y sobre Europa), las tensiones con Rusia, así como con China, crecerán. Europa se quedará como el “coleguilla” de ambos, dos conyugues antagónicos, el Este y el Oeste, y acabará siendo el “amigo” de ninguno.
Si bien a la UE aún le quedan algunos “cartuchos” en la recámara, es muy arrogante suponer que todos se “someterán” a las condiciones y “valores europeos”, sólo para evitar perder el acceso a sus mercados. Cierto, hay un gran “mercado” europeo, pero también tiene lagunas muy obvias. Sin profundizar mucho: los proveedores básicos de Internet (ISPs) son todos estadounidenses; no hay un software bancario propio ni plataformas en la nube, mucho menos redes sociales que rivalicen con las de Estados Unidos o China; hay muy poca inversión en telecomunicaciones y 5G (particularmente en Alemania); falta seguridad en el suministro de energía a un costo asequible, así como todo tipo de recursos naturales. Como guinda, el idioma oficial de la UE (varios meses después del Brexit) sigue siendo el de un país con la población de Madrid: ¡Irlanda! —el Donald, que es incapaz de terminar oraciones básicas en inglés, desde luego, no va a necesitar aprender français.
Mientras, en China, aparte de la Gran Muralla y más que 4.000 años y un día de cultura, tienen el dinero y los conocimientos técnicos actuales. Rusia, la tecnología armamentística y —esparcidas por una superficie mayor que la del enano celestial Plutón— las mayores reservas naturales de este planeta; campos que Estados Unidos no puede reemplazar.
Europa goza de algunos focos de experiencia, como en IA e industria aeroespacial, pero es pobre en Big Tech, y en términos de gasto en I + D tecnológico, la UE es también un chihuahua. Europa necesita urgentemente la colaboración de China y Rusia en tecnología, si quiere participar en la “Nueva Economía“. Sin embargo, Estados Unidos, que ve a Europa como un mercado muy regulado y como una posible amenaza comercial, siguiendo sus propios intereses —America first y eso—, quiere que la UE se blinde por completo de la tecnología china y rusa. Gane quien gane las elecciones en Estados Unidos, da lo mismo: Victoria Newland, del gobierno de Obama/Biden, lo expresó, en su día, con la sofisticación y profundidad estratégica habitual de la diplomacia de los Estados Unidos: “¡Fuck the EU!”.
Virando 180º, desde la perspectiva rusa y china, es poco probable que su limitada y tensa relación con Estados Unidos vaya a mejorar, salga Coca-Cola o Pepsi el próximo mes en Washington. La animadversión de Estados Unidos contra Rusia continuará. Y en cuanto a Beijing, si ganara Biden (un viejo enemigo de Huawei), China espera pocos cambios, más allá de una revisión de las tácticas de derribo.
A eso hay que añadir el cambio que el Covid-19 está imponiendo sobre las cadenas de suministro globales, que están siendo reemplazadas por un enfoque mucho más regional, con lo que se ha reducido la dependencia de Asia de la salud —física … y mental— de Europa y Estados Unidos. Actualmente, alrededor del 60% de todo el comercio de Asia ocurre dentro de la propia Asia.
La UE, gracias principalmente a los Hans e Inge del norte, se está convirtiendo en un camposanto económico, y nadie quiere negocios con el cementerio —aparte de POTUS (el enterrador)—.
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Vielen dank Merkel – Dugutigui
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Etiquetado 5G, Alemania, Angela Merkel, Animadversión, Arrogancia, Asia, Beijing, Biden, Big Tech, Cadenas de suministro globales, Cementerio, China, Condiciones, COVID-19, Energía, Estados Unidos, Europa, Frente Unido, Geopolítica, Hans e Inge, Huawei, I + D tecnológico, IA, Industria aeroespacial, Liderazgo, Mercado europeo, Merkel, Negociación, Nueva Economía, Obama/Biden, Occidente, Plataformas en la nube, Política exterior, POTUS, Recursas naturales, Redes sociales, Reservas naturales, Rusia, Serguéi Lavrov, Software bancario, Tecnología armamentística, Telecomunicaciones, UE, Ursula von der Leyen, Valores europeos, Victoria Newland, Washington
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envejeciendo (mal) – (es)
No sé qué opinará usted, pero a mí los relatos festivos que dominan la discusión pública sobre el envejecimiento —ya sabe, “que la edad es solo un estado mental”, que “los 60 son los nuevos 40“—, me irritan. ¿Qué sigue? ¿Los 100 como la nueva adolescencia? No porque el mono se haya bajado de tu hombro significa que el circo se haya ido de la ciudad.
La idea de vivir una larga vida puede atraer a muchos, pero la idea de envejecer no atrae a nadie. Bueno … miento … hay momentos, en nuestras vidas, en los que nos gusta envejecer. Cuando tenemos menos de 10 años estamos tan entusiasmados con el envejecimiento que uno piensa en fracciones: “¿Cuantos años tienes?” “¡Tengo cuatro años y medio, para cinco!”
A partir de ahí, nunca tienes treinta y siete y medio.
Y mientras buscas una cama limpia y un lugar para guardar tu mierda mientras sales a buscar más mierda, en una época en la que las cosas innecesarias son nuestras únicas necesidades, y has de seguir eligiendo entre un mal u otro y no importaba lo que elijas, el tiempo pasa y, de repente, te das cuenta de que ya no eres lo suficientemente joven como para saberlo todo.
De todo ese lapso abrumador solo queda una retorcida sabiduría, como única recompensa por sobrevivir a la propia estupidez. Amarga sabiduría, por cierto, que se asemeja al último día de las vacaciones. Finalmente has descubierto dónde conseguir un café decente, con una camarera amable, y ya estás camino del aeropuerto, para no volver jamás.
Aun, de las 103.258 personas nacidas el mismo día que yo, 83.682 siguen vivas. Lo penoso es que durante estas dilatadas biografías no hemos crecido. Hemos añadido años a la vida, no vida a los años. Hemos protestado porque no hay suficientes carriles bici, ido a pensar al váter casi todos los días, nos hemos casado con intolerantes a la lactosa, rascado los huevos sintiéndonos bien, hemos sido lectores inalámbricos de correo basura, después del sexo nos hemos divorciado, y llamado a eso madurez. Lo que eso es, es envejecer. Si la madurez significa convertirse en un cínico, si tienes que matar la parte de ti mismo que es ingenua e idealista, la parte de ti que más atesoras, ¿no sería mejor morir joven, con tu humanidad intacta?
Todo esto de vivir toma mucho de tu tiempo. ¿Y qué consigues al final? ¡La muerte! ¿Qué es eso, una bonificación?
Un fallo de diseño … Tal vez deberíamos vivir hacia atrás. Comenzar el día de la muerte y terminar con un orgasmo.
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Envejeciendo (mal) – Dugutigui
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conspirando – (es)
El mundo se ha convertido en un lugar donde se puede decir cualquier cosa y alguien la creerá. Un lugar donde muchos obtienen su ración de escalofríos imaginando conspiraciones creíbles opuestas a creíbles conspiraciones, porque, a unos y a otros, eso les reconforta, mientras que no les exige probar nada. Y no se tienen que levantar del sofá.
Las teorías de la conspiración revelan, en realidad, una fe extrema en la aptitud organizativa y la disciplina institucional de las organizaciones envueltas; en su nivel de intriga, de planificación anticipada y de fidelidad perpetua a la agenda, que sería necesaria para que dichas instituciones consiguiesen una conspiración efectiva.
Mi antídoto contra el pensamiento conspirativo es una desconfianza permanente en la competencia de las grandes instituciones. Pásese una mañana por cualquier oficina del Gobierno y saque sus propias conclusiones.
La realidad ha de ser más mundana …
Somos a una familia, ciertamente una familia disfuncional, bastante estirada, con alguna oveja negra y con los armarios repletos de esqueletos. Aun así, nuestro principal problema es que somos un caos. No son los Illuminati, ni la Banca Judía, ni la Teoría de los Reptilianos. La verdad es mucho más aterradora:
No hay nadie en control.
¿Por qué nos encanta, entonces, la idea de que haya personas que trabajan juntas, en secreto, para controlar y organizar el mundo? Porque no nos gusta enfrentar el hecho de que nuestra sociedad funciona con una combinación de caos, estupidez y confusión.
Tal vez por eso, los gobiernos permiten, fomentan [e incluso crean] las conspiraciones. Estas les dan un cache del que están a años luz [y tapan sus errores más garrafales].
Posiblemente, la única teoría de la conspiración cierta [que discurre a plena luz] sea la propia vida, en la que un muy real y descontrolado autoritarismo está reduciendo nuestras libertades y nuestra privacidad a los niveles más bajos de la historia. Y a nadie parece preocuparle; al menos no tanto como saber detectar a los reptiles que dirigen el gobierno de EE. UU. [como “saben” 12 millones de estadounidenses].
Aunque claro, yo, tal vez, debería empezar a creer en las conspiraciones, porque los que tienen el poder posiblemente conspiran y mantienen su poder al lograr que la gente como yo no crea en las conspiraciones.
Hum … porque al final … ¿quién está detrás de la gente lagarto?
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Conspirando – Dugutigui
Publicado en Education, Español, Humor, Opinion, Politically Incorrect Language, Politics, Uncategorized, Writing
Etiquetado Años luz, Agenda Antídoto, Autoritarismo, Banca Judía, Cache, Caos, Conclusiones, Confusión, Conspiraciones, Control, Desconfianza, Disciplina, Esqueleto, Estadounidenses, Estupidez, Familia disfuncional, Fe extrema, Fidelidad, Gente lagarto, Gobierno, Gobierno de EE. UU, Grandes instituciones, Historia, Illuminati, Intriga, Libertades, Oficina del Gobierno, Organizaciones, Oveja negra, Planificación, Privacidad, Secreto, Sociedad, Teoría de los Reptilianos
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russia. you only live twice – (en)
To more than one, among the conditioned beings, this is going to sound shocking. Maybe, a total delusion. But, since it’s possible there may still be some sober Westerners out there, I wouldn’t be surprised to end up witnessing, soon, in this life, a great tide of refugees leaving Europe to… Russia.
Yes?
Yes!
Russia is the country in which the people is literally being forced –under a “tyrant” like Putin and a government that apparently is like, how to say, a bunch of malignant characters– to earn money, eat tasty non-GM food, go to universities and colleges to study all that hypersonic rocket sciences and repressive mathematics, and ultimately live a genuine alt-capitalist life, even if by Kremlin’s decrees. Russian cities –I can attest to this– are horrible, especially because the amount of nice totalitarian parks they got, where you can have, in a bench [in the summer], an old-fashioned mouthwatering open-faced style red caviar sandwich, which insults the intelligence of Russians abroad, Navalny’s if any … and the international community.
Meanwhile in the West, despite the elite’s mantra: “don’t worry, everything’s fine”, one senses that the Titanic’s radar went bloody off last week. I mean, OK, let’s even say that everything is going to go back to normal, that the radar can be fixed. We’re going to concentrate a lot, press hard our temples, and pretend it’s possible. OKAY. Where are we going to go after the improvement? Back to the world that screwed us up in first instance. Doesn’t sound very promising.
So, one way or another, those of us left with half an operational brain are faced with a terrifying dilemma: to adapt to living in an Orwellian reality, including a fairly rapid transition (historically speaking) to third-world monkey economies and servitude standards, or make up our minds and regain personal freedom, common sense, economic stability and opportunities in the country of the “despot” above mentioned. Not to mention a good ol’ iced vodka, which always helps to recover a [long time lost] wide totalitarian laugh.
Actually, the landscape is not the point, nor is vodka (which wouldn’t be bad, by all means), much less an economic question. It is about healing the neurosis produced by a system that no longer fits with the individual [and not the other way around], which only brings nonsense and an abysmal sadness to the soul. The West, today, is like living in an extended family in which everyone is deranged, but they have decided that only one has to go to the hospital to be fixed. And that one is you: they call me crazed, and I call them crazy and, damn, they beat me in votes. And that pseudo-democratic realism insists on treating my mental health as if it were a natural fact, like the weather. But, it turns out that the climate is no longer a natural occurrence but a permanent political-economic effect. As my mental fucking health is –which, it happens, is not that fucked, just a bit preoccupied with soupy fantasies that prevent me from sleeping.
I’m missing some adventure: Trekking through a country that is bigger than Pluto. Being an Elvis born in Vladivostok not knowing what a guitar is. Enjoying the freedom of selling dildos to the Germans on the internet [sounds pretty uplifting to me]. Less woke, more deep sleep. Less phony ideology, more real sex. Anything, in Russia, somewhere in Russia, to be human again … if only they give me a chance [and a Visa].
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Russia. You only live twice – Dugutigui
Publicado en Economy, Education, English, Humor, Opinion, Politically Correct Language, Politically Incorrect Language, Politics, Writing
Etiquetado Adventure, Alt-capitalist, Common sense, Despot, Economic stability, Economy, Elite, Elvis, Europe, Extended family, Fantasies, Freedom, Germans, Human, Hypersonic rocket, International community, Internet, Kremlin, Mantra, Mathematics, Mental health, Natural fact, Navalny, Neurosis, non-GM food, Opportunities, Orwellian reality, Personal freedom, Phony ideology, Pluto, Pseudo-democracy, Putin, Real sex, Realism, Red caviar, Refugees, Russia, Russians, Sadness, Sciences, Servitude, Third-world economy, Titanic, Totalitarian, Trekking, Tyrant, Visa, Vladivostok, Vodka, Votes, Weather. Political-economic effect, West, Westerners, Woke culture
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¿coca o pepsi? – (es)
Siempre comento —a cualquiera con medio cerebro y una capacidad de atención más larga que la duración de un anuncio de crema para las hemorroides— que no importa el resultado de las elecciones. Seamos realistas, la política es solo una telenovela infumable.
De “Dallas” —el culebrón de los 80—, las principales imágenes que nos vienen a la mente de inmediato son dientes y petróleo. Dientes perfectos. Qué más, qué más … el dinero. Dinero, dinero, mucho dinero. Dientes, petróleo y dinero —sin embargo, no podemos recordar una sola línea argumental, ni una. La política occidental, en pocas palabras.
Hoy, todo ese azúcar de los 80 se ha consumido y todos somos conscientes del problema fundamental con el azúcar: si tomas demasiada, enfermas. Tanta azúcar ha convertido aquellos dientes en coronas. “Dallas” se ha transformado en “Los Soprano”, y algunos estadounidenses están hablando de una segunda guerra civil, cuyo campo de batalla, aparentemente, será Twitter.
Así que, relájense, siéntense y disfruten del espectáculo en el final de temporada de … “Occidente Bananero”.
Cuando los trozos del pastel económico se vuelven cada vez más pequeños para todos, se amplifican los temores y los odios radicales. Las aparentes divisiones —ricos contra el resto, blancos contra no blancos, chinos contra americanos, misóginos contra feministas, xenófobos contra internacionalistas, la élite contra los populistas, lo radical contra lo reaccionario, el COVID-19 contra todos, etc.— se amplifican hasta el paroxismo.
Lo que la gente no se da cuenta es que, en realidad, estas diferencias, alimentadas por los medios, solo son una distracción que sirve para evitar que el pueblo se concentre en el tema principal: el sistema oligárquico en sí … y se unan para derribarlo y reemplazarlo por uno que sirva a las personas y al planeta.
Tómense un momento, respiren hondo y pónganse los auriculares. Bloqueen todo el ruido exterior. En capítulos anteriores vimos que:
Derecha contra Izquierda es básicamente Coca-Cola contra Pepsi (en EE. UU., para más chufla, incluso los colores combinan). Si presta atención a las políticas, estas no están separadas por grandes abismos. Difícilmente se trata de Adolf Hitler contra Karl Marx. Tiene muy poco que ver con la ideología, se trata de clientismo político. La ideología está muerta. ¿Cómo? ¿Realmente? Sí, realmente bien muerta. Y el resultado, para usted, es el mismo.
El capitalismo corporativo, durante el último medio siglo, ha creado una oligarquía que ha podrido la economía y está destruyendo la capacidad de la Tierra para sobrevivir de manera sostenible. Derecha o izquierda, ambas, son propiedad y están en deuda con la élite corporativa que gobierna los países occidentales. Izquierda o derecha, ambas, sirven al poder financiero y al imperio industrial y militar occidental, y ambas, juntas, aplastan a cualquier partido o persona que se atreva a cuestionar u oponerse al capitalismo corporativo. Cuentan con la ayuda de las grandes corporaciones mediáticas, el principal brazo de propaganda de la élite gobernante y promotor de la economía capitalista desbocada.
De hecho, he llegado a la conclusión de que las elecciones existen principalmente para dar la apariencia de democracia y, al mismo tiempo, frustrar la democracia real. Dividen a las personas en una de dos operaciones comerciales impulsadas por el capitalismo, izquierda o derecha, demócratas o republicanos. Las elecciones solo sirven para que se inviertan miles de millones en los medios corporativos para comprar propaganda y, una vez bien pagadas, las corporaciones mediáticas se aseguran de que solo los dos partidos de la oligarquía reciban una cobertura positiva.
Las elecciones son entonces esenciales para el continuo control social y político por parte de la élite empresarial a través de su sistema de oligarquía bipartidista. La mayoría de los votantes no vota, probablemente porque ven que el proceso no sirve a sus intereses, pero no hay unidad de opinión y ciertamente no hay construcción de movimientos entre los no votantes. Hasta el momento.
Es un sistema de control y saqueo simplista pero muy eficaz, ante el cual, la mayoría de las personas, se sienten impotentes y, por lo tanto, responden no votando. Por otra parte, los votantes de derechas odian a los de izquierdas y viceversa, mientras los superricos se revuelcan por el suelo en una risa homérica, pues su control y poder aumentan, gane quien gane, se vote o no se vote. La pandemia de COVID ha sido una inyección de esteroides para las divisiones mencionadas más arriba, colapsando, al mismo tiempo, pequeñas empresas y arrojando a decenas de millones de trabajadores y de clase media a una depresión económica y psíquica. Para la élite, la pandemia ha hecho más fácil el robo y saqueo masivo, ya que han podido devorar cada vez más control y riqueza tanto del sector gubernamental como del privado.
Siempre tenga presente que la izquierda (o los demócratas en EE. UU.) no son realmente un partido de oposición a la derecha, en ningún sentido, ya que ambos partidos sirven a los oligarcas corporativos que los financian y poseen. Y es, precisamente, que la ineptitud de la izquierda y su incapacidad para luchar eficazmente contra la derecha se debe al hecho de que, en última instancia, esta también sirve al sistema financiero y capitalista que empobrece a la gente y a la naturaleza, mientras enriquece a una pequeña élite.
Occidente, hoy día, es una telenovela sin sentido ambientada en diferentes repúblicas y reinos bananeros. ¿Puede haber algo más de culebrón que un playboy y magnate inmobiliario —que se convirtió en una estrella de “reality shows” y que no es lo suficientemente consciente de sí mismo como para darse cuenta de lo poco “cool” que son sus cortes de pelo— ganase la nominación del Partido Republicano y luego fuese debidamente elegido como el 45º Presidente de los Estados Unidos? Joer … solo falta Betty, la fea.
No importa. La oligarquía bipartidista siempre proveerá una gran lata de laca para el pelo, junto con un cepillo de cabello grueso para obtener esa onda perfecta y una botella de bronceador en tono mandarina. Venga quien venga.
Bueno, va a comenzar el último capítulo. En el anterior, “el J.R. de Mar-a-Lago” quería comprar Groenlandia. No tiene sentido, cuando hoy puede obtener Inglaterra gratis. Uno debe tener un corazón de piedra para presenciar la muerte de este país sin reírse. Aún, la desintegración lograda por una administración incompetente me hace reír —claramente mi corazón no es lo suficientemente duro. A ver qué pasa.
Sentémonos todos a relajarnos y ver el clímax de esta temporada de “Occidente Bananero”.
Antes de que empiece, voy al frigorífico. ¿Qué prefiere? ¿Coca-Cola o Pepsi?
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¿Coca o pepsi? – Dugutigui
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ayer y hoy – (es)
Nota: Leer demasiadas noticias políticas es malo para su bienestar.
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Ayer, cuando la conocí siendo aún joven, sentía que su vida no había comenzado, que la “vida” siempre estaba programada para arrancar la próxima semana, el próximo mes, el próximo año, después de las vacaciones, en cualquier momento. Ella presumía de ser el tipo de chica que era completa en sí misma, cómoda en la soledad, serena. Pero ella era, como tantas otras, todo lo opuesto. Cada instante sola, temía la omisión dentro de ella, como si pudiera expandirse y cancelarla. Anhelaba una presencia a su lado, cualquier presencia. Yemas de mil dedos que iluminasen su nuca y alguna voz con la que encontrarse en la oscuridad. Alguien que esperaría con un paraguas para llevarla a su casa bajo la lluvia y que sonreiría como el sol cuando la viera venir. Quién bailaría con ella en su balcón, cumpliría sus promesas y conocería sus secretos, y crearía un mundo diminuto donde sea que estuviera, solo con ella y sus brazos y sus susurros y su confianza.
Hoy, es una de esas muchas mujeres que sospechan que todo el mundo brincaría de gozo ante la oportunidad de traicionarlas y que, cuando te llaman amigo, dicen … “amigo“, entre comillas que indican que no están seguras de la legitimidad que las rodea. Habita en ese claroscuro, antesala de la noche, en la que las facultades de las que siempre ha dependido empiezan a colapsar, alarmantemente débil e incompleta, cada vez más dependiente de los demás y de un mundo incierto para lo que sea que pudiese lograr; pero aún nunca pone ninguna objeción real ante cualquier novel príncipe, no totalmente convencida de que la “Persona para Siempre” no se encuentra a la vuelta de la esquina. Ya no es joven, y su vida programada no ha llegado. Tantos años intentando ponerse de acuerdo con ser diferente y con estar tan viva, tan intensa, que hoy le resulta cada vez más difícil mantener la postura de la autosuficiencia emocional, acostada en su cama, acunándose en sus propios brazos. Incapaz de mantener por más tiempo la apariencia de equilibrio, lucha la batalla equivocada contra la sensación de ser cada vez más invisible, y acelera, en el intento, el irreversible proceso de convertirse en una muñeca rota. Así, hace cada día más difícil para un hombre vivir con ella, a menos que él sea terriblemente fuerte. Y si él es más fuerte que ella, es ella quien no ha de vivir con él.
Y mientras tanto, jugando en su contra [y en la mía], el tiempo realiza su trabajo inmemorial de hacer que todos nos veamos y sintamos como una mierda.
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Ayer y hoy – Dugutigui
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un gato escocés – (es)
A mi gato le gusta el té.
Me lo traje de la tierra donde Braveheart restableció las credenciales anti-inglesas entre los millones de ignorantes que aprenden historia en la televisión. Escocia. Si le gustara la sardana, vendría de Cataluña. Por las mismas razones.
Y mientras pienso en el paralelismo entre Braveheart y Puigdemont, se me ocurre, no lo había pensado, que pierdo demasiado tiempo leyendo. Se más cosas que no me hacen ganar dinero que nadie que conozca. No lo había pensado, porque, como los italianos, los españoles rara vez pensamos, es la gloria y la ruina de nuestras civilizaciones [no mencionemos aquí a los argentinos, una mezcla de ambos]. Los alemanes, en cambio, planean en invierno sus deposiciones en Ibiza en verano, y los británicos, como en las dos guerras, planean todo después de que ha sucedido, por lo que siempre parece que todo salió como pretendían. Los franceses planean en la verdad del vino, por lo que nadie les toma en serio.
Tanta información [improductiva] hace que me pase la vida luchando para que personas un poco más estúpidas que yo acepten verdades que los grandes hombres conocen perfectamente. Porque los grandes hombres son demasiado grandes para ser molestados. Ellos están ocupados buscando mundos con vida extraterrestre. Cosas serias. Nosotros solo somos empujadores. Empujamos una gran roca montaña arriba. La roca debe ser la verdad, que los grandes hombres conocen por instinto, y la montaña, seguramente, es la estupidez humana.
Mi roca es más pesada porque todas mis historias comienzan con algo así como: “En primer lugar, …” cuando la mayor parte del público prefiere la entrada clásica: “En segundo lugar, …” simplemente obviando lo que sucedió primero. De ese modo, las Torres Gemelas se desplomaron porque los árabes son unos criminales y Mahatma Gandhi se convierte en el responsable de las tragedias de los británicos; y el mundo, así, continua en armonía.
Mi gato ha maullado rompiendo los 5 minutos de silencio.
Él, como los grandes hombres, no tiene tiempo para lo obvio. Hagámosle un té pues. Una taza de té es la respuesta a todos los problemas. Al menos los del gato. Y los de los británicos.
¿Qué al intentar cazar una mosca, se cayó del armario? Buena taza de té para el gato.
¿Qué hasta el más mínimo detalle mecánico y emocional se conjuraron para llevarte por delante una farola que se encontraba oculta detrás de una familia? Buena taza de té y una galleta, para usted.
¿Qué la lava se ha instalado en el salón de tu casa en la ladera del volcán? Dos tazas de té [una para el gato] y un trozo de tarta —posiblemente, en este caso, aprovechando la ocasión, una opción sabrosa también sería bienvenida, por ejemplo: un pincho de salchicha a la brasa.
Y mientras, mi gato se toma su tiempo. En la antigüedad, los gatos eran adorados como dioses. Este “gallus” bastardo no lo ha olvidado.
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Un gato escocés – Dugutigui
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uk, un alma en pena – (es)
El Reino Unido y los Estados Unidos encuentran todo tipo de aplicaciones para sus habilidades en “inteligencia” cuando se trata de fomentar problemas —obviamente, todo por el bien común de la democracia y los derechos humanos—, incluso hasta capacitar y equipar a terroristas moderados, yihadistas humanitarios y todo tipo de personajes a los que les encanta cortar cabezas, destripar personas, violar mujeres y, en general, mantener los más altos estándares de los valores democráticos.
La participación de Estados Unidos en este lío sangriento en el Medio Oriente es comprensible: está mal, a menudo es criminal, pero es comprensible. Superpotencia ra-ra-ra, el “mejor amigo” de Israel y toda la mierda de esta naturaleza; pero el Reino Unido metido a esto es un ente jocoso. Tratar de abordar la congoja del fantasma del Gran Imperio del Pasado, tan desesperadamente, resulta cómico. No se equivoquen, London City, los bancos, toda esta gloria del sol que nunca se pone sobre el imperio, la final de la Premier League … trate de contrarrestar esto … la mejor liga, sin lugar a dudas, del mundo, mucho mejor que La Liga o la Bundesliga, eso no se les puede negar, Londres todavía conserva su grandeza victoriana en algunos lugares —donde todavía pueden mantener al menos algunas normas aceptables de seguridad pública y saneamiento—; pero la letra está grabada en el muro. No importa cuán legendarios y queridos sean el Manchester United, el Liverpool o el Chelsea, para muchos, en todo el mundo, el Reino Unido es un caso perdido económica, cultural y militarmente.
Londres, que —por ahora— puede tener algo de dinero, no tiene una subjetividad internacional real y se halla en una búsqueda perpetua de ese [dopamina-inducido] sentimiento de importancia personal. Y si es pretendiendo que el Reino Unido adquiere dicha importancia mediante el apoyo a todo tipo de basura humana, estoy seguro de que los herederos de la gloria de James Bond lo harán —manteniendo entumecido su labio superior—. No sé si se dan cuenta en el número 10 de Downing Street que son patéticos, pero la realidad del Reino Unido es simplemente triste: se está convirtiendo rápidamente en un estado totalitario que se ahoga en la corrección política y su economía está hecha jirones:
Londres (CNN Business) — La producción económica del Reino Unido se contrajo un 20,4 % en el segundo trimestre de 2020, la peor caída trimestral registrada, lo que empujó al país a la recesión más profunda de cualquier economía mundial de importancia. Esta caída del PIB en el período abril-junio, en comparación con el primer trimestre, es la peor desde que comenzaron los registros trimestrales en 1955. Las industrias más expuestas a las medidas de bloqueo del gobierno para contener la pandemia de coronavirus (servicios, producción y construcción) registraron caídas récord.
Si se descartan algunas marcas famosas de fabricantes del Reino Unido, como Rolls-Royce, que sigue siendo relevante, o algunos otros elementos aeroespaciales vinculados a BAE Systems, hay francamente muy poco que hablar sobre lo que produce el Reino Unido o lo que pueda tener algún impacto global que sea comercial por su competitividad. Los tiempos de la industria aeroespacial nacional, gloriosa, altamente relevante y viable en Gran Bretaña se han esfumado para siempre, el Reino Unido ya no puede producir, con sus propios recursos y talento, un avión de combate de clase mundial, ni tampoco puede hacerlo con un avión comercial, ya que están totalmente integrados en la “familia” de Airbus con una participación del 20%, y con el otro 80% perteneciendo a EADS, Qué más, qué más … Ah, las Fuerzas Armadas Británicas son un chiste. Hoy en día, el ejército británico cuenta con la friolera de 79.000 efectivos regulares y se está preparando para abandonar los tanques como un elemento viable de armas combinadas. La una vez gloriosa y legendaria Royal Navy tal vez tenga suficientes barcos y submarinos para enseñar la bandera y, tal vez, ganar otra campaña en las Malvinas contra un poder extremadamente inferior, dado que sus dos portaaviones podrán desplegar suficientes F-35B en este teatro, pero eso es todo. En otras palabras, el Reino Unido es una charca estancada militar y económicamente, y lo digo con cierto pesar. Yo, como muchos otros, crecí con una gran literatura británica y, de hecho, una contribución británica masiva y única en la ciencia, la cultura y otros campos de la actividad humana. Vamos, crecimos con los Beatles, Deep Purple y algunas películas británicas extravagantes y maravillosas. Al final, Gran Bretaña fue el segundo aliado más importante de los Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial. Aquella Gran Bretaña ya no existe.
La balanza comercial del Reino Unido es 130 mil millones de libras, en negativo, el nombre de niño más popular en Londres es Mohamed y, en general, las cosas se ven tan … prometedoras … para este reino, una vez próspero, que la desesperación está en el aire. Entonces, ¿qué queda? Bien, intenta jugar a los juegos de los adultos, ponte en modo chihuahua y métete en medio de la pelea de mastines. ¿Cómo? Fácil, acabas de leerlo: crea un cierto hedor para que todos noten que eres relevante, que todavía puedes influir en los eventos del mundo y esto puede hacer que el dolor del fantasma de la grandeza desaparecida sea menos agudo. En cuanto a cientos de miles de muertos y millones de desplazados, ningún precio es demasiado alto, siempre que sea por un “bloody” bien superior.
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Andrei Martyanov – Extracto del post Phantom Pains – Traducción de Dugutigui
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eres feo y sobras – (es)
Como la conciencia exige un tipo de dedicación que la cultura occidental ya no nos permite, la sociedad se las arregla para ayudarnos a olvidar, y el hombre moderno bebe y se droga hasta perder dicha conciencia, o se pasa el tiempo comprando, que es lo mismo.
Somos consumidores, subproductos de una obsesión por un estilo de vida implantado desde la cuna. Asesinato, crimen, pobreza, estas cosas, realmente, no nos conciernen. Lo que nos preocupa son las celebridades, la televisión con fútbol y el nombre de algún americano en mis calzoncillos.
El subtexto del 99% de la publicidad de los productos de consumo es este:
“Eres inapropiado, feo, hortera, coñazo, tonto, inculto, hipócrita y sobras… pero nuestro producto puede arreglarlo”.
En este estado de consumismo total, es decir, un estado de dependencia ante cosas y servicios e ideas y motivos, que hemos olvidado cómo proporcionarnos a nosotros mismos, los anuncios fomentan un sentido de ansiedad sobre algún aspecto de nuestras vidas, para recordarnos la sensación de que falta algo, pero que el vacío se puede disipar “¡ por sólo 19,95 € !”.
El punto obvio es que si algo dentro de esta basura realmente rectificara el vacío existencial que la gente trata desesperadamente de eliminar de sus vidas, automáticamente dejarían de comprar (o de drogarse).
Ningún televisor con una resolución imperceptiblemente más alta, una nueva versión de un perfectamente funcional móvil, la batamanta, tetas de silicona, el apartamento en la paya, un nuevo guardarropa que no será “elegante” el año que viene, fruta de plástico, cremas para la piel, rosario electrónico… Ninguna cantidad de acumulación externa puede resolver problemas de conciencia y conflictos internos.
Somos una sociedad de gente notoriamente infeliz: solitaria, ansiosa, deprimida, destructiva, dependiente; consumiéndose en forma de imágenes y abstracciones a través de las cuales nuestros deseos, frustraciones, sentido de identidad y recuerdos se replican y luego se nos venden como productos.
Ya no vivimos la vida. La consumimos.
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Eres feo y sobras – Dugutigui
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matar a hitler – (es)
No escribo mucho, no por no saber qué decir. Mi parálisis es más bien todo lo contrario: tengo tantas cosas que decir que es difícil decidir por dónde empezar y me abruma el tamaño de la tarea. En consecuencia, normalmente, prefiero disfrutar de un buen vino, un buen libro e irme a dormir —y no tener que volver a pensar en escribir.
No me motiva el querer decir algo, escribo porque tengo algo que decir, y la cantidad de cosas que siento necesidad de trasmitir me intimida, no por considerarme una especie de mente privilegiada y perspicaz cuyo pensamiento sea fundamental para la humanidad, sino porque soy consciente de mí mismo como una persona viviendo en un tiempo histórico. Hay mil cosas que necesito escribir porque hay mil cosas que hay que decir una y otra vez que no se dicen y yo soy alguien con un teclado mientras el reloj avanza inexorablemente.
Retroceder en el tiempo para visitar una época anterior siempre ha sido un fantástico experimento mental. Es un elemento básico de novelas, películas y programas de televisión de ciencia ficción y fantasía. ¿A quién no le gustaría volver y ver a los dinosaurios o ver el nacimiento del universo o conocer a sus tatarabuelos? ¿Qué podría salir mal?
Y lo que sería más importante, viajar a una era anterior para corregir un error, tomar una decisión diferente o incluso alterar por completo el curso de la historia. ¿Qué harías si te transportaran en el tiempo al año 1938, siendo consciente de los horrores que se estaban fraguando y teniendo la responsabilidad de hacer algo para detenerlos?
La respuesta simple sería “matar a Hitler” porque aparentemente sería una forma excepcionalmente eficaz de ayudar a la humanidad. Pero, si bien podría ser agradable fantasear con un siglo XX alternativo, libre de Hitler, este planteamiento específico no es particularmente instructivo para resolver nada, pues Hitler solo fue el producto de la acumulación de muchas circunstancias adversas anteriores.
Más interesante, quizás, sería pensar en lo que haríamos si nos instalásemos en 1900 y nos encargásemos de prevenir el inútil baño de sangre que fue la Primera Guerra Mundial. En la escuela nos han enseñado que fue el asesinato del archiduque Ferdinand lo que provocó el estallido de la Primera Guerra Mundial, pero ¿qué provocó el asesinato en sí? ¿Puede haber sido algo tan simple como un giro equivocado?
Entonces, ¿cómo una persona intrascendente, de talento limitado, con alguna observación previa de lo que ha tenido lugar y un poco de tiempo en sus manos? ¿cómo debería actuar para tratar de evitar que la civilización colapsara de nuevo en una masacre innecesaria?
Como no puedo cambiar el pasado y no me gusta a donde nos lleva la historia, no me queda otra que escribir la mía propia, sin tratar de editar mi alma según la moda. Más bien, siguiendo sin piedad mis obsesiones más intensas.
Y, aun así, posiblemente, el colapso y la masacre ya están escritos.
¡Salud!
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Matar a Hitler – Dugutigui
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socialismo en china – (es)
¿Es capitalismo el socialismo chino?
China ha experimentado reformas económicas masivas en las últimas décadas sin dejar de ser oficialmente comunista. El estado todavía tiene un poder tremendo sobre la economía, pero la empresa privada y los mercados dominan la vida diaria, por lo que la pregunta de si la economía china es técnicamente capitalista sigue sin respuesta.
Cuando la gente de hoy piensa en un país comunista, a menudo piensa en la República Popular China. Una vez conocida como promotora de la revolución comunista mundial, ahora es más conocida como la factoría del mundo y como una potencia con una influencia global cada vez más poderosa. Pero, aunque la mayoría de la gente sabe que China es comunista, no saben cómo funciona ese comunismo.
Los orígenes.
Después del establecimiento de la República Popular, Mao Tse Tung y su gobierno se pusieron a trabajar para establecer un sistema comunista en China. El sistema que instituyeron, conocido como Maoísmo, tenía bastante más que unos pocos problemas.
En su ávida búsqueda del socialismo al estilo soviético, Mao estableció el “Gran Salto Adelante” (nombre excesivamente entusiasta del segundo plan quinquenal) que resultó en la muerte de al menos 30 millones y quizás hasta 50 millones de chinos. Posteriormente instauró la “Revolución Cultural” de 1966-7, en la que murieron entre 3 y 5 millones adicionales. Este tipo de eventos terminaron solo con la muerte de Mao y el arresto de sus partidarios en la élite, en 1976. Mao dejó China atrasada y profundamente dividida.
Deng Xiaoping y el “Socialismo con características chinas”.
A finales de los 70, un moderado llamado Deng Xiaoping llegó al poder. Deng Xiaoping llevó a China en una dirección diferente, buscando crear una economía mixta en la que el capitalismo y el socialismo coexistieran bajo la tutela del Partido Comunista y ajustando constantemente la combinación adecuada. Su administración estuvo marcada por varias reformas económicas que denominó colectivamente “Socialismo con características chinas“.
La agricultura, parcialmente, dejó de ser colectiva y los agricultores obtuvieron el derecho a vender sus excedentes. Se crearon zonas económicas especiales donde se permitió la inversión extranjera y se redujo la regulación estatal. Los controles de precios se relajaron para las industrias urbanas. Se permitió que las empresas privadas volvieran a existir por primera vez en décadas. Se reabrió la Bolsa de Valores de Shanghái y se privatizaron muchas empresas estatales.
A diferencia de las reformas de Gorbachov en la URSS, muchas de ellas se probaron primero a nivel local y luego se aplicaron a China en su conjunto, después de que se demostró que funcionaban. Muchos observadores sostienen que esta es la razón por la que la reforma tuvo éxito en China mientras que fue desastrosa en la Unión Soviética.
A diferencia también de la URSS de Gorbachov, el Partido Comunista Chino ha actuado como el medio unificador que ha sabido controlar las diferencias entre los distintos factores étnicos que componen China, garantizado la integridad territorial del país e impidiendo un desmembramiento similar al de la URSS. Cabe destacar que esta faceta es perfectamente comprendido por la población china, lo que se traduce en un punto básico del apoyo generalizado de la población a su gobierno: Solo una China unida puede ser una China poderosa.
Desde el comienzo de estas reformas, China ha experimentado un crecimiento económico meteórico. Como resultado de este crecimiento, ha mejorado el nivel de vida de más de ochocientos millones de personas creando rápidamente la clase media más grande del planeta, la cual será el motor de la demanda de consumo interno a largo plazo. Paralelamente ha habido una considerable liberalización de la sociedad china en su conjunto, aunque ha sido menor de lo que los analistas occidentales predijeron en su día.
Actualmente, el ritmo de creación de riqueza en China ha alcanzado un nivel completamente nuevo. El número de chinos ricos ha superado por primera vez al número de estadounidenses ricos (según un informe de Credit Suisse), aunque Estados Unidos todavía está a la cabeza en lo que respecta a los súper-ricos, ya que estos representan el 40% de los súper-millonarios del mundo. Como anécdota asociada (que a más de un capitalista occidental le chocará), el impuesto personal (IRPF, en España) que paga un millonario chino (o de Hong Kong) representa el 17 % de sus ingresos, frente al 51% que paga un alemán o el 50,3% que paga un Californiano.
Mucha gente sostiene que estas reformas efectivamente abandonaron el comunismo en favor del capitalismo guiado por el estado, pero hay un método que otorga justificación ideológica. Xiaoping tomó prestado un capítulo del libro de instrucciones de Lenin y pudo mostrar cómo sus acciones estaban en línea con la teoría comunista aceptada.
En 1921, la economía soviética estaba sumida en graves problemas. Después de una guerra civil larga y brutal, la escasez de alimentos era común y las fábricas tenían dificultades para encontrar suficientes trabajadores debido a la cantidad de personas que se habían ido de las ciudades al campo. El descontento popular iba en aumento. Lenin, al tener que pensar rápido o arriesgarse al colapso de la nueva URSS, se apartó del comunismo de guerra y pasó a la “Nueva Política Económica“, también conocida como la “NEP“.
Este programa permitió cierto control privado sobre la economía, especialmente en la agricultura, y los empresarios conocidos como “hombres NEP” ganaron cantidades decentes de dinero dirigiendo pequeñas empresas en las áreas urbanas. Las industrias pesadas, la banca, el comercio y la minería permanecieron bajo control estatal. El sistema funcionó y, en 1928, la economía rusa se había recuperado del triple golpe de la Primera Guerra Mundial, la Revolución y la Guerra Civil.
Si bien los bolcheviques entendieron que se trataba de una nueva forma de capitalismo en lugar de un sistema socialista, Lenin argumentó que esto era aceptable. Señaló a Marx y sus argumentos de que “el comunismo solo era posible en países que habían alcanzado el nivel más alto de capitalismo”. La NEP fue simplemente un período de transición entre el sistema anterior a la guerra del régimen zarista y la futura utopía comunista que él presumía llegaría a suceder. Duró hasta 1928 cuando Joseph Stalin, inicialmente partidario del programa, lo abolió en favor de la planificación central.
El socialismo con características chinas tiene una motivación similar. Deng Xiaoping comprendió y admiró la NEP y se refirió a ella varias veces durante el proceso de reforma.
Entonces, ¿qué hace el estado chino hoy?
El gobierno chino todavía controla una gran parte de la economía. Las élites dominantes todavía están bajo el control estatal y existen monopolios gubernamentales en algunas industrias. Se emiten planes quinquenales, pero las metas son más amplias de lo que solían ser y la planificación directa de las metas de producción generalmente se limita a las empresas estatales. Ahora han sido redefinidas como “pautas” en lugar de “planes“.
Muchas empresas privadas pertenecen, al menos en parte, al Estado. Esta propiedad parcial es tan común que es difícil para algunos observadores decidir cuan grande es el sector privado en China. Otras empresas que están firmemente en manos privadas suelen asociarse o formar parte de un consorcio con el gobierno. A veces, esta asociación está escrita en sus estatutos. Todas las empresas privadas están obligadas por ley a tener una organización del partido en ellas, aunque hasta hace poco esto era principalmente un gesto simbólico.
¿Cómo funciona en la práctica?
Viví en China durante casi dos años y, con bastante frecuencia, me encontré buscando las diferencias entre el capitalismo occidental y el socialismo chino. Ni de cerca encontraba este último en Gran Hyatt Shanghái ni en su estacionamiento lleno de autos de lujo conducidos por playboys hijos de industriales bien conectados. Miré en los centros comerciales de lujo, en las tiendas de Chow Tai Fook o Louis Vuitton y tampoco pude encontrarlo allí. Ciertamente no se encontraba en la tienda de regalos detrás de la tumba de Mao Zedong. Mucho menos en la futurista ciudad de Shenzhen, más propia de un decorado de Blade Runner.
Hice mis operaciones bancarias en un banco estatal, pero la experiencia de hacer negocios allí fue la misma que en cualquier banco privado en Occidente. A menudo viajaba en un tren propiedad del estado y descubrí que podía ser de primerísima línea y muy lujoso o estar abarrotado y algo anticuado, dependiendo de la ruta que tomara. Compré en tiendas de conveniencia propiedad de mis vecinos a las que nunca les faltaba nada.
Y, por otra parte, aunque no celebraban (ni celebran) elecciones, los líderes comunistas de China respondían a la opinión pública. ¡Por supuesto que respondían! Un partido llevado al poder por una rebelión campesina conoce muy bien el potencial destructivo de la ira de los trabajadores. De este modo el régimen necesita un apoyo sólido de la clase media china y se protege contra la explosión social dirigiendo recursos e inversión hacia las zonas más marginales del país. De hecho, no hay que olvidar que, aunque Xi Jinping es hijo de quien alguna vez fue viceprimer ministro de China, con su padre purgado y en desgracia, fue enviado al campo en 1969, donde trabajó durante años como obrero en una comuna agrícola.
Pero en estos días, mientras luchamos por resolver el rompecabezas que es China, las cosas no están tan claras. Fusionando el control estatal de las alturas dominantes de la economía con una gran cantidad de inversión extranjera y un capitalismo regulado, la cuestión de si es un sistema capitalista o socialista no es fácil de responder. Sin embargo, puede que no importe mucho, ya que los líderes más recientes de China han sido más pragmáticos que ideológicos.
Deng Xiaoping una vez comparó el capitalismo y el socialismo con un gato blanco y uno negro y argumentó que “no importa si el gato es blanco o negro, siempre y cuando cace ratones“. Dado que es probable que China ya haya superado económicamente a Estados Unidos en este 2020, parece que finalmente apostaron por el gato acertado.
En resumen, ¿podría ser la respuesta correcta que China, gobernada por un Partido Comunista, está haciendo un mejor trabajo manejando el capitalismo que los gobiernos occidentales elegidos democráticamente —como ha ocurrido durante la crisis económica del 2008 y la crisis del COVID-19? Aparentemente, los chinos han aprendido de las deficiencias económicas tanto del capitalismo como del socialismo, mientras que la terquedad ideológica de Occidente parece no conducir a ninguna parte.
¿No deberíamos empezar a retirar etiquetas como capitalismo o socialismo? En estos tiempos económicos inciertos deberíamos cuestionar las ideologías, descartar certezas y adaptarnos a una nueva y desordenada realidad económica.
Si no, a la vuelta de la esquina, puede que me encuentre discutiendo las ventajas del socialismo estadounidense frente al capitalismo chino.
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Socialismo en China – Dugutigui
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hostilidad con china – (es)
Olvídese de las presuntas violaciones de los derechos humanos por parte de China en Xinjiang, Tíbet y Hong Kong (occidente, que ha matado y desplazado multitudes de musulmanes, parece preocuparse mucho por la difícil situación de los uigures). Olvídese de las acusaciones de expansionismo chino en el Mar de China Meridional. Olvídese de la imputación de que el Coronavirus puede haberse originado en un laboratorio chino.
Dejando a un lado toda esta retórica hueca, que marca las acostumbradas diatribas y difamaciones “sinófobas” de los estadounidenses, las verdaderas raíces de la confrontación de Estados Unidos con China se encuentran en la amenaza que la República Popular China representa para la supremacía tecnológica de E.E.U.U.
En un lenguaje más simple: la prosperidad de los hijos y nietos de los americanos depende de que la economía global siga americanizada.
En consecuencia, lo que E.E.U.U pretende evitar es que las empresas chinas dominen sectores clave de crecimiento emergente, incluidos el 5G, la robótica y la inteligencia artificial. Estos sectores deberían seguir siendo dominio exclusivo de los inversores occidentales (y preferiblemente estadounidenses).
En los albores del compromiso de Estados Unidos con China, que se fraguó durante el mandato de Nixon, en 1972, el papel designado por Washington y Wall Street para la República Popular China, dentro de la economía global, consistía en facilitar la obtención de beneficios de las empresas americanas, no competir contra ellas. Los chinos debían representar un vasto mercado laboral de consumidores y bajos salarios repleto de oportunidades de inversión y lucro para las empresas occidentales, no rivales en la supremacía económica.
Apartándose del guion, el Partido Comunista Chino (de hecho, toda la sociedad china) ha seguido un modelo de desarrollo centralizado que ha sacado al país de las filas de las naciones pobres —las relegadas al papel de servir a los intereses lucrativos de Estados Unidos— y les ha elevado a un nivel de destreza tecnológica y económica que amenaza con derrocar a las empresas estadounidenses de la cima de la economía global.
Deng Xiaoping, cuya reforma económica impulsó el notable ascenso de China, tenía un famoso lema: “esconde tu fuerza y espera tu momento“. Eso es precisamente lo que ha hecho China. La economía China ha crecido silenciosamente desde alrededor del 2 por ciento del PIB mundial en 1980 a casi el 20 por ciento en la actualidad. Según algunas estimaciones, basadas en la paridad de compra, la economía china ya es más grande que la americana. China es el país que ha sacado de la pobreza a más de 800 millones de personas a medida que el PIB per cápita aumentó de $ 89 en 1960 a aproximadamente $ 10.000 en la actualidad. El país en que los niños de los campesinos quemaban basura para mantenerse calientes es la misma China que acuñó a dos multimillonarios por semana en 2017 y donde la esperanza de vida ha aumentado de 44 años en 1960 a casi 80 en la actualidad. Un milagro de rápido desarrollo y estabilidad social a largo plazo, en el que no es la naturaleza del gobierno el factor principal del éxito, sino la inversión en salud y educación que ha producido el combustible necesario para un crecimiento explosivo.
El secretario general del Partido Comunista Chino, Xi Jinping, ya habla abiertamente de que China se está acercando al centro del escenario, gracias a la construcción de un tipo de socialismo que es superior al capitalismo.
Desde la perspectiva de sus gobernantes, el tiempo de China ha llegado.
Una pieza central de este esfuerzo es la iniciativa “Made in China 2025“, un plan para el dominio de las industrias de alta tecnología como la robótica, la nanotecnología, la tecnología de la información avanzada, la aviación, la carrera espacial, los vehículos eléctricos, y muchas otras tecnologías punteras. Respaldada por cientos de miles de millones de dólares en subsidios, esta iniciativa representa una amenaza real para el liderazgo tecnológico estadounidense. Está claro que la República Popular China no solo busca unirse a las filas de otras economías industriales avanzadas, sino reemplazarlas por completo.
La República Popular China también busca dominar las principales rutas comerciales e infraestructuras en Eurasia, África y el Pacífico. Su otro proyecto ambicioso para extender su poder e influencia es la iniciativa “Belt and Road“: un plan de infraestructuras colosal que podría transformar las economías de muchas naciones en todo el mundo. Este proyecto, aunque se anuncia como “ayuda financiera a países extranjeros“, de hecho, parece diseñado para servir a los intereses estratégicos y las necesidades económicas internas de la República Popular China, y compite frontalmente con el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, entidades que han servido a los intereses occidentales desde 1945.
Se habla extensamente sobre los graves riesgos de permitir que China construya la próxima generación de redes de telecomunicaciones globales, conocidas como 5G, en lo que Huawei es el indiscutible líder mundial, pero quizás son menos conocidos los esfuerzos por superar a occidente en otros campos de vanguardia como la inteligencia artificial. La inteligencia artificial permite que las máquinas imiten funciones humanas, mejorándolas, y la nación que surja como líder mundial en IA estará en mejor posición para desbloquear no solo su considerable potencial económico sino una variedad inimaginable de aplicaciones militares. En este sentido, en 2017, Beijing dio a conocer su “Plan de Inteligencia Artificial de Próxima Generación“, un plan para liderar el mundo en IA para el 2030.
El impulso de la República Popular China por la supremacía tecnológica se complementa con su plan para monopolizar las “tierras raras“, que desempeñan un papel vital en industrias como la electrónica de consumo, los vehículos eléctricos, los dispositivos médicos y los equipos militares. Desde la década de 1960 hasta la de 1980, Estados Unidos lideró la producción de tierras raras. Desde entonces, la producción se ha trasladado casi por completo a China, en gran parte debido a los costos laborales más bajos y una regulación económica y ambiental menos rigurosa. Estados Unidos ahora depende peligrosamente de la República Popular China para estos materiales esenciales.
Durante cien años, Estados Unidos fue el mayor fabricante del mundo. China superó a América, en producción manufacturera, en el 2010. Y, así como las empresas occidentales se han vuelto dependientes del mercado chino, Estados Unidos y Europa, en su conjunto, ahora dependen de la República Popular China para muchos bienes y servicios vitales.
La pandemia de COVID-19 ha puesto de relieve esa dependencia. El dominio de China en el mercado mundial de productos médicos va más allá de máscaras y batas. Se ha convertido en el mayor proveedor de dispositivos médicos de Estados Unidos y occidente, así como de otros productos vitales, especialmente los farmacéuticos. Estados Unidos sigue siendo el líder mundial en el descubrimiento de fármacos, pero China es ahora el mayor productor mundial de ingredientes farmacéuticos activos. Si China decidiera limitar o restringir la entrega de estos ingredientes activos, esto resultaría en una grave escasez de fármacos para uso doméstico y militar.
Para lograr el dominio en los productos farmacéuticos, los gobernantes de China recurrieron al mismo libreto que usaron para destripar a otras industrias estadounidenses. En 2008, la República Popular China designó la producción farmacéutica como una “industria de alto valor agregado”, impulsando a las empresas chinas con subsidios y devoluciones de impuestos a la exportación.
Aun así, la razón principal por la que China ha logrado un progreso tan marcado en términos geopolíticos es que mientras que China da más pasos hacia adelante que hacia atrás, Estados Unidos retrocede inexorablemente.
Los ingresos, la riqueza y la esperanza de vida en los Estados Unidos se han estancado para la mayor parte de la población, lo que ha contribuido a un estado de ánimo nacional de crispación y exacerbado las divisiones políticas. El resultado es un gobierno disfuncional que está erosionando muchas de las mayores ventajas que podría tener sobre China. Estados Unidos lleva décadas escatimando en las inversiones en educación, ciencia e infraestructuras que ayudaron a que se convirtiese en una gran potencia mundial.
El presidente Trump juega un papel revelador aquí. Más que sus predecesores, ha estado dispuesto a tratar a China como la amenaza estratégica que es. Sin embargo, lo está enfrentando de forma tan torpe que solo fortalece a los chinos. En lugar de celebrar la “elección” como una alternativa a la “selección”, está denigrando el imperio de la ley en casa y siendo condescendiente con dictadores en el extranjero. Trump, como dice Keyu Jin, economista chino de la London School of Economics, es “un regalo estratégico” para China.
Parece evidente que a los estadounidenses les resultará difícil adaptarse a un mundo en el que ya no serán todopoderosos en todas las esferas. Pero son personas flexibles y resistentes que pueden adaptarse al cambio y lo harán.
En resumen, el mundo en el futuro será multipolar y, probablemente, más confuso que en el pasado, porque muchos países, no solo Estados Unidos o China, compartirán el poder.
No habrá “hegemon”, pero tampoco habrá un “G-2“.
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Hostilidad con China – Dugutigui
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detrás de las noticias – (es)
Lo que realmente se esconde detrás de los titulares de noticias es lo que sucede en las salas de redacción antes de que usted pueda leer el periódico matutino o ver el boletín de noticias vespertino.
Las noticias son un producto, como cualquier otro que saliese de una fábrica. La materia prima entra, se procesa, refina y pule antes de ser colocada en el estante de ventas llamado “noticias”. Millones de noticias fluyen a las salas de redacción todos los días. Lo que usted lee o ve es solo una ínfima fracción de esta avalancha.
Esto quiere decir que lo que usted lee o ve es lo que alguien está eligiendo para usted, lo que alguien cree que debería saber, en contraposición a lo que posiblemente a usted le gustaría saber.
Las noticias en los medios generales están procesadas de principio a fin. El reportero elabora la materia prima, pero ya sea que se trate de un accidente automovilístico o una guerra civil, otro reportero siempre lo verá de manera diferente. Aún así, su versión particular será el producto crudo que será enviado para su procesamiento.
Los editores, en la conferencia de prensa diaria, deciden si la noticia merece un lugar y dónde debe colocarse: en la página uno, tres o cinco, en la parte superior de la página o en la parte inferior, debajo de un encabezado de una o tres columnas, en la parte superior de el boletín de noticias de la noche o más cerca del final.
El editor tiene la última palabra. Él es el vínculo con los accionistas y los anunciantes y tiene que lidiar con la presión que viene de arriba cuando la historia es delicada. Por lo tanto, dependiendo de la relación entre el editor y el consejo / propietario, es posible que una historia importante no se publique en absoluto o que se arruine hasta el punto en que ya no parezca importante.
Tomada la decisión, del mismo modo que la grajilla macho cubre el nido con papel plateado para atraer la atención de la hembra, un editor se pone a trabajar, cortando, remodelando, perfeccionando y puliendo la historia, tal vez moviendo párrafos si cree que no están en el orden correcto, hasta que el producto esté listo para atraer la atención del lector / espectador. Puede haber, a lo largo del camino, diferencias de opinión entre el reportero y el editor, pero en esencia son solo fruto del egocentrismo, no sobre la verdad o la falsedad o el derecho del público a saber, sino sobre cómo se debe escribir y presentar la historia.
No hay noticias sin mediación en los principales medios de comunicación. Son noticias según lo decidido por los reporteros y editores, desde la elección de la historia para informar, en primer lugar, hasta el final de la cadena de producción. Podría haber miles de otras noticias que el lector o espectador podría pensar que son más dignas de espacio y tiempo que nunca ven la luz del día.
Lo que está ocurriendo en todo el mundo, por lo tanto, es que solo está sucediendo lo que se informa, antes de ser procesado para cumplir con los requisitos editoriales. Si no se informa, es como que no haya sucedido, más allá del impacto dentro del círculo inmediato donde sucedió. Así, los medios de comunicación pueden hacer que algo suceda o no, de acuerdo con las decisiones tomadas en las salas de redacción.
El control se ejerce verticalmente, desde la junta o el propietario hasta el editor y llega hasta el final de la cadena editorial. Aparte del accidente automovilístico, la violación o el robo, hay una línea que debe protegerse a toda costa cuando se trata de historias políticas importantes o historias que afectan a los anunciantes y los intereses comerciales del medio de comunicación en particular. Siempre hay cierta flexibilidad, dependiendo de qué tan estrictamente controlada esté la línea editorial desde arriba, pero el perfil político / social general de la organización siempre debe estar protegido.
Si las “noticias” se definen como algo que no sabemos, podríamos pasarnos la vida entera leyendo libros y estaríamos mejor informados. Gran parte de las “noticias” que se imprimen pertenecen a la misma categoría de “lo que no sabemos”, pero si realmente necesitamos o queremos conocerlas sería otra cuestión.
En la historia reciente, con la notable excepción de Seymour “Sy” M. Hersh (masacre de My Lai, tortura en Abu Ghraib, falsedad sobre el uso de armas químicas en Siria, etc.) solo WikiLeaks / Julian Assange han publicado noticias sin mediación. No hay cortes, ni edición, ni pulido: la noticia le llega en su estado crudo y usted, el lector, puede decidir qué hacer con ella, en lugar de que alguien le diga qué hacer con ella.
Esta es una de las razones por la que a los periodistas no les gusta Assange: de una forma u otra, estos no son libres de escribir lo que quieren. Pertenecen a instituciones, donde “pertenencia” se define como propiedades de dichas instituciones. Dependen de ellas para sus salarios y sus carreras. Básicamente, tienen razón cuando dicen “Nadie me dice qué escribir”. Nadie tiene que decírselo porque ya saben qué pueden escribir si quieren conservar sus trabajos, donde sea que trabajen.
Otra razón por la que a los periodistas no les gusta Assange son los celos. Él ha publicado antes que ellos material sensacional que expone los secretos sucios que a cualquier periodista le encantaría tener en sus manos.
La autocensura / pertenencia, mencionada más arriba, es fundamental para la práctica del periodismo en los medios principales. Nadie que tenga en cuenta sus mejores intereses va a escribir algo que sabe que los editores le tirarán a la cara, no porque esté mal escrito, sino porque va en contra de la línea editorial. De todos modos, algunos periodistas pueden tener la suerte de estar de acuerdo con la línea editorial, pero si ese no es el caso, tienen que adaptarse o buscar su futuro periodístico en otra parte.
Así, los periodistas tienen poder: el poder y el dinero de la institución que los respalda. Assange no tiene ninguna institución detrás de él. De hecho, todas las instituciones están en su contra. Los medios que le exprimieron (El País / España, Der Spiegel / Alemania, Le Monde / Francia, The Guardian / Reino Unido y The New York Times / EEUU) le han abandonado. El gobierno de su propio país, Australia, no ha movido un dedo en su defensa.
Pero al final de la historia, Julia Assange es una figura histórica mundial que será recordada dentro de varios siglos de la misma manera que recordamos a Voltaire, Victor Hugo y Thomas Paine. Assange ha dado más noticias reales que todos los periodistas que le vuelven la espalda juntos, de ahí el resentimiento. Dicen que Assange “no es un periodista” cuando lo que quieren decir es que no es un periodista como ellos.
Lo que Assange tiene detrás de él es el poder de decir la verdad, lo que debería ser el núcleo del periodismo, no la adaptación de la verdad y la aceptación de la mentira que caracteriza a casi todo el periodismo convencional a fecha de hoy. Así que, por supuesto, a los periodistas no les agrada —o ¿deberíamos dejar de llamarles “periodistas”? porque ¿quién está haciendo el verdadero trabajo de periodismo hoy en día, ellos o Julian Assange?
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Detrás de las noticias – Dugutigui. Traducción libre de un artículo de Jeremy Salt.
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la era del desorden – (es)
Según el Deutsche Bank, ¿qué traerá esta nueva era?
1. El deterioro de las relaciones entre Estados Unidos y China y la reversión de la globalización desenfrenada.
2. Una década decisiva para Europa.
3. Deuda aún mayor y dinero helicóptero se volverán comunes.
4. ¿Inflación o deflación?
5. La desigualdad empeorará hasta que se produzca una reacción violenta.
6. La brecha intergeneracional se ensanchará.
7. Crecerá el debate sobre el clima.
8. Tecnológicas, ¿revolución o burbuja?
Según estos analistas, en una nueva nota de investigación, la era —de cuatro décadas— de la globalización puede estar llegando a su fin y podríamos estar entrando en “La era del desorden”, que remodelará tanto la economía como la política.
Es una predicción en línea con los interés de la élite financiera que comulga con la divisa masónica “Ordo ab Chao”, que se podría traducir como “Orden desde el Caos”. No se trataría de ordenar el Caos si no que el orden surgirá del Caos (guiado por los bancos, a ser posible).
El deterioro de las relaciones entre Estados Unidos y China, “que se acelera —pero no ha sido causado— por la pandemia“, es un punto que definirá la era radicalmente distinta que se nos avecina. Los analistas señalan que la economía china cerrará la brecha con EE. UU. y finalmente lo superará a fines de esta década, “lo que atraerá un choque de culturas e intereses, especialmente a medida que China se acerque a ser la economía más grande del mundo”, dice el informe.
Cabría preguntarse: ¿un choque de culturas e intereses de quién exactamente? Porque no es el ciudadano medio el que intenta ‘contener’ el ascenso de China. Tal vez … ¿la élite occidental?
El equipo de analistas predice que una de las características clave de la nueva era será la reversión de la actual globalización sin restricciones. Si bien vimos “el mejor momento de crecimiento combinado del precio de los activos con rendimientos de acciones y bonos muy fuertes en todos los ámbitos” de cualquier época en la historia, desde 1980, es probable que “la era del desorden” rompa esta tendencia.
Evidentemente, el banco alemán, con lo de “el mejor momento” (o la mayor burbuja de la historia, según otros), no se refiere a Usted, ni al 99,99% de la población mundial.
Creen estos analistas que, afortunadamente, es poco probable que este enfrentamiento económico desencadene un conflicto militar real entre los dos estados, como suele ocurrir cuando una potencia emergente intenta desafiar a la gobernante. En su lugar, la guerra económica —con aranceles, sanciones y ataques en la esfera tecnológica— continuará. No importa quién gane las elecciones presidenciales del 2020 en Estados Unidos, la brecha entre las dos superpotencias crecerá.
Si bien la crisis del coronavirus ya ha puesto a la economía europea en una encrucijada, Deutsche Bank dice que la próxima década puede convertirse en “una década decisiva para Europa” en la que la UE se puede fortalecer o desintegrar. Entre otros factores que definirán el futuro, están el aumento de la deuda y el dinero en helicóptero (distribución de efectivo a empresas y público) que se están convirtiendo en la corriente principal —políticas que probablemente aumenten la inflación.
Pero pongamos las piezas en su lugar:
Fue la corrupción sistémica, dentro del sistema financiero (incluido el Deutsche Bank), lo que condujo al colapso bancario de 2008, lo que resultó en la inyección de cientos de miles de millones en flexibilización cuantitativa de la economía (el aumento de la deuda y el dinero en helicóptero que mencionan), mediante legislaciones pasadas sin consultar a una ciudadanía desprevenida y ya empobrecida.
En un avance rápido, 2020, los mercados de activos de EE. UU. están actualmente desquiciados y van completamenete en contra de todos los fundamentos: Están regidos por un “no pelees contra la narrativa” y el miedo existencial de “perderse algo” potencialmente. En otras palabras, los máximos de la bolsa de valores —sin base sólida— en los que se basan las esperanzas de reelección de Trump, son altamente vulnerables. El sentimiento puede cambiar —en un parpadeo— del modo “lucha” (lleno de adrenalina) al modo “pánico”. Todo lo que se necesita es una narrativa a la inversa.
Respecto al futuro de la Comunidad Europea, el Gobierno alemán, lo tiene más claro que el banco, y ya ha preparado su plan de contingencia en caso del colapso de la UE (o, más pesimistamente, el colapso de Occidente en general) antes del 2040 (¿Y si Occidente se derrumba? —traducido por Google).
Lo que es cierto es que el descontento con “la UE” va en aumento. Es claramente audible entre conocidos, amigos, medios de comunicación, comentaristas y entre algunos políticos. ¿Dónde está la UE en la llamada “crisis migratoria”? ¿Por qué la UE no ayuda rápidamente a los países particularmente afectados por la crisis del COVID-19? ¿Por qué no interviene la UE cuando se violan los derechos fundamentales, por ejemplo, en Hungría o Polonia? Y así una y otra vez, leemos y escuchamos muchas preguntas embarazosas. Está saliendo a la luz mucha ira, rabia e insatisfacción. Y muy pocas respuestas diferenciadas y basadas en hechos.
El informe del Deutsche Bank continua prediciendo que la desigualdad económica puede incluso empeorar en el mundo posterior a Covid-19, antes de que se produzca una reacción violenta y un retroceso de esta. La desigualdad está estrechamente relacionada con la brecha intergeneracional, pero los analistas esperan que el número de votantes más jóvenes supere, a finales de esta década, a los nacidos antes de 1980. Esto podría conducir a cambios políticos importantes en muchas esferas, desde los impuestos hasta el clima, piensa el banco.
“Tal cambio en el equilibrio de poder podría incluir un régimen fiscal de sucesiones más severo, menos protección de los ingresos para los jubilados, más impuestos a la propiedad, junto con mayores impuestos sobre la renta y las empresas … y políticas más redistributivas en general“, dice el Deutsche Bank.
Aquí, los analistas del banco, interesadamente, se quedan cortos…
Sin esperanzas de poseer una propiedad en el futuro, con bancos y arrendadores revoloteando, como buitres ansiosos, para obtener todas las ganancias posibles, no es de extrañar que a muchos jóvenes les importe poco proteger la propiedad privada. Cuando saben que nunca podrán pagar una casa, ¿qué puede significar invadir una propiedad privada? ¿A quién le importan los coches incendiados en un concesionario de automóviles cuando uno nunca podrá pagarse un coche?
El comunismo y las ideologías afines están calculados para atraer a los “desposeídos”, que es una descripción que, a pesar de la auto-imagen cada vez más irreal de Occidente como la Tierra de las Oportunidades, define perfectamente a los habitantes más jóvenes.
Especialmente, después de que los mal aconsejados cierres pandémicos (como “usar un martillo para matar una mosca” —según los suecos) dejaran sin trabajo a millones de personas que apenas iban aguantando, los jóvenes occidentales son dolorosamente conscientes de que no tienen futuro en el actual sistema. Entonces, ¿por qué no destrozarlo?
Y tienen el poder de hacerlo. Cada vez más.
Lea algunos titulares (o algunos memes, si eso le gusta más). Hay cientos de titulares y frases ingeniosas que hablan de la naturaleza de los asesinatos en serie de los millennials. La sentencia de muerte le ha tocado —hasta ahora— a los sorbetes, servilletas, diamantes, compra de vivienda, televisión por cable, negociación de acciones, bolsas de basura e, incluso, los cereales para el desayuno, al menos tal como los conocíamos.
Eso es solo el comienzo …
Continua el banco diciendo: “Finalmente, los próximos 10 años mostrarán si valió la pena el aumento exponencial del valor de las empresas de tecnología“. Comenzarán una revolución tecnológica o demostrarán ser la segunda burbuja de las punto-com.
Las grandes empresas tecnológicas representan hoy casi un tercio de la renta variable estadounidense, un nivel no visto desde que estalló la burbuja de las punto-com a principios de la década del 2000.
Amazon, Microsoft, Facebook, Tesla, Netflix, Apple y Google, combinados, ahora valen más de $ 7 billones (trillones americanos).
El precio multimillonario de estas empresas sugiere que los inversores asumen que seguirán siendo dominantes para siempre, algo que la historia de la industria tecnológica sugiere que es poco probable.
En 1976, el economista Herbert Stein estableció la Ley de Stein: “Si algo no puede continuar para siempre, se detendrá”.
Para hacer una comparación, la gente está pagando hoy 50 millones de dólares por un perro globo del artista estadounidense Jeff Koons —del que ha hecho media docena de copias que ni siquiera toca él mismo. Es probable que un banco te preste $ 25 millones para la compra de tu perro globo, ya que estos activos pueden usarse como garantía. Pero, para las generaciones posteriores, el perro globo podría valer solo 5 dólares.
Conclusión:
El hecho de que —a primera vista— el reporte de los analistas del Deutsche Bank parezca una “declaración controvertida” es un testimonio de lo bien que la élite financiera es capaz de controlar y confundir las mentes del público.
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La era del desorden – Dugutigui
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¡los rusos son tontos! – (es)
Los rusos son tontos. Desesperadamente estúpidos. Unos aficionados de la peor clase. Ignorantes en esteroides.
¿Por qué?
Bueno, por un lado, su llamado agente-de-guerra-biológica-de-la-hostia “Novichok” parece incapaz de matar a nadie. Los rusos deberían ya haberse dado cuenta de esto. De hecho, cuando intentaron matar a Skripal en Inglaterra (después de dejarlo salir de la cárcel en Rusia) pusieron esa cosa del Novichok por todos lados: en un banco de un parque cerca de Salisbury, en la manija de la puerta de Skripal, incluso en un frasco de perfume que un drogata local encontró en la basura. Probablemente por toda la casa de Skripal (y esta sería la razón por la que los británicos inicialmente dijeron que habría que derribar ese lugar extremadamente tóxico), sin embargo, tanto el gato de Skripal como su hámster sobrevivieron, lo que te dice cuán completamente inútil es realmente esa sustancia de guerra biológica de pacotilla…
Uno habría pensado que después de esta monumental cagada, los rusos habrían aprendido la lección.
Pero no. Claramente son demasiado tontos para eso.
Entonces deciden envenenar a Alexei Navalnyi, un conocido “disidente”.
¡Y fallan!
¡De nuevo!
No solo usaron exactamente el mismo “Novichok” (o eso dicen los medios alemanes), sino que permitieron que el avión en el que viajaba Navalnyi hiciera un aterrizaje de emergencia en Siberia, mientras que el FSB no hizo nada para evitar que una ambulancia le llevara al hospital a toda leche. Al parecer, el FSB ni siquiera tiene autoridad para evitar el tratamiento urgente del hombre al que quieren matar. Diablos, incluso podían haber creado un atasco de tráfico para evitar que Navalnyi llegase al hospital.
¡Qué incompetencia!
Peor aún, estos malditos médicos russki le administraron atropina a Navalnyi, exactamente la misma sustancia que le están dando los alemanes. Lo que me obliga a preguntarme si estos médicos no serían todos agentes de la CIA / BND que intentaban salvar la vida de Navalnyi …
Claramente, en el FSB todos deben ser estúpidos: ni siquiera pueden lograr que los aviones o los médicos les obedezcan …
Pero la cosa empeora. A pesar de que Navalnyi había roto los términos de su sentencia suspendida y de que, en tal caso, una persona no puede abandonar el país, estos imbéciles rusos permitieron transportarlo por avión a Alemania mientras su cuerpo todavía estaba lleno de Novichok circulando alegremente por sus venas.
Todo lo que los rusos tenían que hacer para matar a Navalnyi habría sido provocarle un ataque al corazón usando cualquiera de los muchos agentes imposibles de rastrear que existen (digamos … ¿cloruro de potasio?).
Ya desesperados, el despistado FSB podría haber instrumentado que Navalnyi muriera en un “accidente” de coche.
Pero ni siquiera son capaces de hacer eso. ¡Qué vergüenza, FSB!
Y como Navalnyi es diabético, matarlo debería ser fantásticamente simple: dale la dosis equivocada de medicamentos y, voilà, adiós Navalnyi. Pero no, estos idiotas decidieron usar el ahora infame Novichok.
¡Obviamente, los rusos son los idiotas más tontos e incompetentes del planeta! Los servicios especiales rusos y los institutos de investigación biológica son especialmente conocidos por su burda incompetencia.
Prueba:
Roban la vacuna del COVID-19 a los británicos, y entonces la manipulan volviéndola peligrosa.
¡Idiotas!
¿Correcto?
Igual que los llamados piratas informáticos rusos (¡otra categoría rusa famosa por su coeficiente intelectual extremadamente bajo!) … Ni siquiera pudieron piratear los ordenadores del DNC y robarle las elecciones del 2016 sin dejar sus alias (Boris, Ivan, Dimitry …) que suenan a ruso por todas partes. Diablos, estos piratas informáticos incluso trabajaban solo durante el horario de oficina en Moscú …
Te digo: los rusos son fantásticamente estúpidos, las personas más tontas del planeta.
Especialmente sus oficiales de inteligencia y seguridad, sus especialistas en guerra biológica y sus piratas informáticos. Idiotas. ¡Todos ellos!
Repitámoslo todos juntos: ¡Los rusos son tontos! ¡Los rusos son tontos! ¡Los rusos son tontos!
¡Esto parece lo más “probable”!
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¡Los rusos son los tontos más tontos del planeta! – Dugutigui. Traducción de un artículo de The Saker.
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Nota de Dugutigui: Para aquellos de ustedes que no han estado siguiendo las noticias, el político ruso (o “figura” de la oposición, como se le presenta en la prensa occidental) Alexei Navalnyi enfermó hace dos semanas. Los alemanes dicen que fue “envenenado” con “Novichok”…
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