¿Por qué dañar la propiedad no es lo mismo que «violencia»?
La forma en que los gobiernos, con la colaboración necesaria de los medios, lavan el cerebro de la gente común consiste en repetir los conceptos que les interesan una y otra vez. Nos los repiten, y los repetimos, constantemente, hasta que nadie se molesta en pensar lo contrario. La persona promedio se siente tan ofuscada por todo esto que llega a perder completamente la perspectiva de la realidad. Esto sólo sirve a los poderes fácticos, que desean mantenernos como contribuyentes pasivos y no pretenden darnos ninguna otra opción fuera del acto vacuo, ocasional y puramente simbólico de votar: «¿Prefieres el títere a la derecha o el títere a la izquierda?»
Esta práctica —el lavado de cerebro—, alcanza, prácticamente, a la totalidad de la población, porque cada vez se extiende más el culto a la ignorancia, un culto que, por otra parte, aunque en menor medida, siempre ha existido, y que es alimentado por la falsa noción de que la democracia implica que “mi ignorancia es tan buena como tu conocimiento”.
Volviendo al hilo del tema, en contra de lo que puedas ver y leer constantemente en los medios —cuya función nunca ha sido eliminar los males del mundo, sino persuadirnos de aceptar esos males y acostumbrarnos a vivir con ellos—, el daño a los objetos no es lo mismo que el daño a las personas, y debemos tener muy en cuenta esta distinción al evaluar protestas o manifestaciones.
La razón por la que es importante mantener un concepto claro de lo que es y no es la violencia, es porque la violencia verdadera es una terrible experiencia humana. La violencia real deja a las personas con daño cerebral, pesadillas, discapacidad y trauma. O, literalmente, muertas. La destrucción de cuerpos humanos es un horror moral que simplemente no puede coexistir en la misma categoría que la ruptura de objetos.
El uso de la palabra «violencia» para describir el hacer añicos un escaparate (algo que es incapaz de sentir dolor) desacredita el término. ¿Podría considerarse entonces un acto violento disparar, por diversión, a una botella de vidrio con una pistola? ¿Desarmar un aire acondicionado? Por otro lado, si un hijo ha tenido un accidente grave con el coche el sábado por la noche, solo un psicópata correría a ver como ha quedado el coche antes de comprobar el estado de su hijo en el hospital.
La ética de la destrucción de la propiedad ciertamente puede debatirse, pero etiquetarla como violencia es expandir el uso del término de manera que equipara peligrosamente el valor moral de las personas con el de los objetos.
En ese sentido, cuando Donald Trump tuitea «cuando comienza el saqueo, comienza el tiroteo», debemos entender que «tiroteo» y «saqueo» son dos tipos de actos muy diferentes. Llevarse un televisor de un gran almacén se llama robar, mientras que dispararle a alguien es un intento de asesinato. El tuit de Trump equivale a abogar por la ejecución extrajudicial como pena por delitos contra la propiedad, pues cuando se entiende que el «saqueo» es inherentemente violento, el «tiroteo» será defendible como una respuesta proporcionada, cuando en realidad sería la respuesta de un psicópata.
In the “Diula” language in Mali, the term « dugutigui » (chief of the village), literally translated, means: «owner of the village»; «dugu» means village and «tigui», owner. Probably the term is the result of the contraction of «dugu kuntigui» (literally: chief of the village).
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